lunes, 9 de marzo de 2015

Encantado de con...olerle

Saludarse y presentarse estrechando las manos es algo habitual en casi cualquier rincón del mundo. ¿Una muestra de amistad o respeto hacia el otro? Parece que desde sus orígenes hay algo más, de acuerdo a un reciente estudio científico.
Científicos del Instituto Weizmann de Israel han obtenido una curiosa conclusión. Estrecharse las manos también sirve para oler a la persona a la que se ha saludado y obtener información de esta.
Así se desprende del estudio, publicado en eLife, en el que sus autores han tratado de explicar los orígenes de esta forma de contacto físico entre seres humanos, especialmente cuando se trata de desconocidos.
Suele decirse que de un apretón de manos se aprende mucho del otro, pero quizá sea más de lo que se creía hasta ahora. Quizá los humanos usaron, en sus orígenes, esta forma de saludo para obtener información del otro a través del olor. 
A través de una serie de voluntarios, los investigadores determinaron que aquellos en cuyo saludo empleaban el contacto físico, tendían a llevarse posteriormente las manos a la cara, y sobre todo a la nariz, más que los que no habían entrado en contacto. La mayor prevalencia se daba entre sujetos del mismo sexo (el doble que cuando el saludo era entre dos personas de sexo opuesto), según explicó el profesor Noam Sobel, jefe de neurobiología del Instituto Weizmann, que añadió que esto hace pensar que la información que buscamos con el apretón de manos es más socializadora (amistad) que sexual (reproducción).

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